Ser fotógrafo de Naturaleza y Wildlife
- Daniel Ramirez
- 1 ago 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 ago 2019
Detrás de cada imagen siempre hay una historia, un sentimiento, un modo de vida que se intenta plasmar en cada disparo, se aguantan las inclemencias del tiempo, largos viajes, recorridos interminables que se ven recompensados cuando sientes esa conexión con la naturaleza y cada ser vivo que pertenece a ella.

En esta expedición por las montañas del Pirineo, montamos un campamento en una pequeña llanura a 2500 metros de altitud cerca de un riachuelo donde nos proveíamos de agua, el objetivo era avistar al esquivo Oso Pardo Pirenaico y poder documentar sus zonas de paso y comportamiento. Para ello montábamos esperas al alba y el atardecer, colocamos cámaras de fototrampeo para poder estudiar sus dias de paso e identificamos sus rastros y el tipo de pelaje de los individuos con muestras recogidas de los arboles que utilizan para rascarse y marcar su territorio.
Es importante respetar el habitat de cada animal y no interferir en su vida ni costumbres, hay que recordar en cada momento que es su casa y somos simples visitantes.
Es en estos momentos cuando te das cuenta de lo necesario que es tomar conciencia del planeta donde vivimos, con quien lo compartimos y lo importante que es cuidarlo.

Es importante tener en cuenta que no siempre sale todo según lo previsto, puedes dedicar a organizar un viaje o una expedición semanas y no lograr los objetivos que te propusiste, la naturaleza es imprevisible y la vida salvaje es esquiva muchas veces, nunca hay que desistir ya que el momento en el que presencias algún avistamiento y haces funcionar el obturador, es un momento mágico e irremplazable.
En cada viaje descubres lugares increíbles, gente con rutinas y costumbres totalmente diferentes a las que conoces, te da la posibilidad de poder documentar la fauna que habita en cada uno de los rincones del planeta y estudiar su comportamiento.
Cada viaje llena de vida nuestras vidas.
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